Viernes por la tarde, plan de la familia: Carnaval de Verano.
Mi plan: escaparme a navegar.
Llego al barco sobre las 20:30, arranco motor, quito funda
de la vela, preparo el piloto automático y desamarro. Zarpo con destino Roda de
Bará. Viento escaso, garbi, apenas 5 kn.
Izo la mayor, subo las defensas, y me dirijo a la bocana.
Salgo del puerto, el mar está plano, saco genova e intento navegar a vela.
Imposible. Recojo genova y sigo a motor con el piloto automático.
Me cruzo con un hermoso ketch que navega en dirección
contraria.
El sol va cayendo.
El sol se ha ocultado detrás de tierra.
Mientras el piloto automático gobierna, voy ordenando el
barco.
Llevo una hora navegando a motor, compruebo el prensaestopas.
Ya cae la gota y no se calienta.
Ha oscurecido, enciendo las luces de navegación.
Parece que el viento ha subido un poco. Vuelvo a sacar
genova y paro el motor. Ahora sí, navego a vela, en solitario en plena
oscuridad. Hago un bordo y me dirijo mar a dentro. No se divisa ninguna luz, no
hay barcos cerca. Entro en la cabina y me tumbo a descansar.
Navego a ese rumbo durante una hora. Poco a poco me alejo de
la costa. A lo lejos se ven los fuegos artificiales de alguna fiesta local.
Me relajo, me tumbo en la bañera a ver las estrellas, sólo,
en medio del mar, solo se oye el ruido del viento, las drizas y cables dentro
del palo, y el ruido del casco deslizándose sobre el mar. Por un momento me
olvido de todo, los problemas del trabajo, los problemas económicos, la familia…
etc. Aquí nada importa, nada vale. Lo único que importa es navegar, mantener el
rumbo y ver miles de estrellas brillando en el firmamento.
Al cabo de un rato, creo que ya estoy suficientemente lejos
para hacer un bordo y poner rumbo a roda.
Cambio de rumbo, y compruebo si la ceñida me da para llegar
a Roda. Un poco justo.
Grabo un video de navegación nocturna para mi canal de
youtube.
Es tarde, 23:30, tengo hambre, enciendo el fogón y me
caliento una lata de comida: Lentejas. Ceno.
Poco a poco me voy acercando a mi destino. La ceñida es muy
cerrada, y el piloto automático pierde el rumbo en varias ocasiones.
Finalmente me canso de tener que salir a corregir el rumbo.
Arranco motor, enrollo Génova, y modifico el rumbo para llegar directo a Roda.
Son la 01:00, he llegado a Roda, cerca de tierra el viento
es nulo. Bajo la mayor, pongo la funda, preparo el ancla y fondeo fuera del puerto,
al abrigo del espigón, cerca de las boyas de delimitación de la zona de baño.
Pongo la alarma de garreo en el móvil. Comunico a la familia
mi situación por whatsapp y me tumbo en el camarote de proa a dormir. Me cuesta
dormir. Abro los ojos cada cierto rato y compruebo la situación del barco. La
noche pasa y sale el sol. Tapo el tambucho del camarote de proa para que no me
moleste la luz, e intento seguir durmiendo. Finalmente me despierto.
Pienso que serán las 08:00 A.M. y al comprobar la hora me
llevo una sorpresa: son las 10:20 A.M. No he dormido tan mal.
Me pongo el bañador y oigo una voz: ‘A del barco!!!!’ salgo
y veo un socorrista que se ha acercado nadando para informarme que he fondeado
al límite de una reserva marina, que tendría que desplazar el barco unos 50m.
para estar fuera de la zona prohibida. Subo el ancla, y me dirijo al otro lado
de la escollera, y fondeo entre la bocana del puerto de roda y el Roc de Sant
Caietà.
Hincho la auxiliar, pero no la uso. Pongo el móvil en su
funda impermeable, las chanclas y una camiseta en una bolsa de plástico, y me
voy nadando a tierra.
Paseo por el Roc, y me dedico a hacer fotos de mi barco
desde distintos ángulos:
Voy paseando hasta el pueblo de roda, busco un super y me
compro algo para desayunar, busco la sombra de un parque y me siento a
desayunar.
Vuelvo paseando al Roc, y vuelvo nadando al barco. Han
llegado mas barcos que han fondeado a mi alrededor. Huyo del sol abrasador, me
tumbo dentro del barco a leer un rato. Sobre las 13:30h me preparo unos sándwiches
de atún y como algo. No tengo mucha hambre, pero como. Después de comer y con
el sol que hace fuera, no me apetece hacer nada y me tumbo a dormir una siesta.
Después de la siesta salgo a echar un vistazo y me veo
rodeado de lujosos yates. Este no es mi lugar. Noto que ya hay algo de viento,
suficiente para navegar a vela. Arranco motor, levo ancla y me alejo de ellos.
Podría seguir navegando y pasar otra noche fondeado solo por
ahí. Pero echo de menos a mi familia, por lo que pongo rumbo de vuelta a
vilanova.
Recibo una ligera brisa por la aleta de estribor, que empuja
mi barco a escasos 3 nudos de velocidad. El piloto automático mantiene
perfectamente el rumbo, por lo que puedo ir relajado. Poco a poco me voy
alejando de la costa. Busco la sombra de la vela, y a ratos me meto dentro de
la cabina, a leer y consultar cosas por internet.
Friego los platos, hago la cama, y pongo el barco a son de
mar. El barco avanza despacio, pero no tengo ninguna prisa. El sol ya no quema
tanto y me tumbo en la bañera. Las horas
van pasando y sin darme cuenta llego hasta delante de la piscifactoría. Hago el
bordo y pongo rumbo a la bocana.
Entro a puerto sobre las 21:00h, después de más de 24h de
haber zarpado… otra vez, ha sido una experiencia inolvidable.