lunes, 19 de agosto de 2013

01-02/08/2013 POLLENSA - CALA EN GOSSALBA - VILANOVA (110nm)




Me desperté sobre las 08:30 y la almiranta ya no estaba. Apareció sobre las 09:30, con las ensaimadas que había encargado, pan y unos croissants para desayunar. Dejó la compra y me dijo: me voy a andar, avísame cuando vayámonos a salir. La pobre estaba agobiada con la sola idea de estar encerrada en el barco durante 22h.
En fin que desayunamos, recogimos el barco lo preparamos todo y nos preparamos para zarpar. Le mandé un mensaje a la almiranta y todavía tardó más de 30min en llegar al barco.
La idea era pasar la mañana en una cala antes del cabo de formentor, para no navegar todo el día y toda la noche. De esta manera navegaríamos solo medio día por la tarde, y luego la familia iría durmiendo, y navegaríamos otro medio día por la mañana.
El caso es que la cala estaba a poco mas de una hora, por lo que llegamos en seguida.







Fondeamos y nos pegamos un bañito. La cala era muy pequeña y era de piedras, por lo que no quisieron bajar a la cala. El bañito tampoco duró mucho, se metieron un ratito en el agua y salieron en seguida y se pusieron a jugar a las nintendo. Así que si no querían bañarse ni bajar a la cala, no tenía sentido seguir ahí, así que como nos esperaba una larga travesía decidimos zarpar y comer por el camino.
Serían las 13:00h cuando zarpamos. Pusimos rumbo al cabo de formentor, con el viento por el través, a motor y con la mayor y el génova, el barco en seguida se puso a 6kn de velocidad. Al doblar el cabo y poner rumbo a Vilanova, el viento nos daba por la aleta, pero la ola nos balanceaba bastante haciendo flamear el génova. Al final enrollé un cuarto de génova y ya no flameaba tanto. Con la mayor abierta casi hasta el través y el motor a 1900rpm, el barco avanzaba casi a 6kn, y así se mantendría durante casi toda la tarde... una gozada, a esta velocidad llegaríamos en menos de 20h.


 


Al mediodía les hice la comida a las grumetillas, unos sobres de pasta, macarrones a los 4 quesos para una y espagueti carbonara para la otra. La almiranta como de costumbre no quiso comer, y a mí me tocó comerme los macarrones ya que no les gustaron, y las grumetillas se repartieron los espagueti.
Después de comer les puse tres pelis, una tras otra y la tarde se pasó bastante entretenida, dentro del barco huyendo del sol. La almiranta tumbada en el camarote de proa, las grumetillas en la cama de babor, y yo tumbado en la cama de estribor, saliendo y entrando del barco cada 15 minutos.

 

 
Llego la horade cenar, y nadie tenía hambre. Yo me preparé una ensalada, y piqué algo de embutido con pan, con una cervecita sin alcohol, y después me zampé unas galletitas con chocolate de postre.
Me pareció ver un delfín al lado del barco, llamé a la tripulación y salieron todos, había visto claramente un lomo y una aleta de un pez enorme, no estaba seguro de si era un delfín o era un atún, pero de repente la pequeña lo vio saltar por delante del barco, de un lado al otro y grito: Lo he visto!!! Es un delfín!!!!!




Al anochecer, el viento cayó, y el génova ya no trabajaba, por lo que lo enrollé y dejé solo la mayor y el motor. La velocidad había bajado a poco mas de 5kn.
Sobre las 23:00h terminó la última peli y se quedaron dormidas. Yo dejé el OpenCPN en el portátil, comprobé la alarma del AIS, y me pasé casi toda la noche de guardia despierto, era día 1 de agosto y había bastante tráfico de yates. La alarma del AIS no paraba de sonar y esa noche tuve que modificar el rumbo en 3 ocasiones, pese a tener preferencia...
Por la noche el viento siguió cayendo y la velocidad del barco bajó a unos 4,5Kn. Cada dos por tres saltaba la alarma de colisión del AIS en el OpenCPN, y tuve que cambiar el rumbo 3 veces durante la noche para esquivar los mercantes y buques de pasajeros que esa noche se cruzaron en nuestro camino.
Pase la noche en vela, viendo las estrellas, era una noche oscura, casi no había luna, y era curioso en medio de la travesía, en plena oscuridad, se veía la contaminación lumínica de Barcelona en un lado, y en el otro lado también se veía un halo de contaminación lumínica, pero no en popa, donde estaría Mallorca, sino un poco mas al sur, donde estaría Ibiza...
Sobre las 6 de la mañana empezó a clarear, estuve esperando la salida del sol como loco, para fotografiar un nuevo amanecer en el mar, pero el sol se resistía a salir, y no se asomó hasta las 06:45 A.M.



Por proa a lo lejos se adivinaba lo que era Vilanova, Sitges, se veía incluso Barcelona. Mas tarde la pequeña Anna se vino con migo a la bañera. Se empezaba a ver la chimenea de la Térmica que poco a poco fue creciendo, hasta que estábamos ya amenos de 30min del puerto de Vilanova. Deshinché la auxiliar que la llevaba hinchada en la proa, por si a caso, con tan mala pata que justo la deshincho y la quito de encima del tambucho de proa, cuando se cruza en nuestro camino otro maldito yate que nos hace unas olas que nos barren la cubierta y nos entra de nuevo agua por el tambucho, que esta vez solo estaba abierto un par de dedos.
Desperté al resto de la tripulación, y sobre las 09:30 A.M. entrabamos a puerto, 20h y 30min después de salir de la cala de Pollensa. Recogimos todo, hicimos las maletas y dejamos nuestro barquito, que había sido nuestro pequeño hogar durante 12 días, descansando tranquilo en su amarre, después de 348 millas navegadas, mientras nosotros nos íbamos a descansar a casa.

31/07/2013 PORTOCRISTO - POLLENSA (40nm)




Yo tenía pensado hacer dos paradas mas antes de llegar a Pollensa, que era CalaRatjada y Colonia Sant Pere, pero la almiranta me dijo que quería estar de vuelta el viernes para estar el fin de semana en casa. Por eso decidimos intentar llegar al día siguiente directos a Pollensa que estaba de fiestas, de esta manera tendría margen para elegir el día de saltar de vuelta a la península según la meteo.
Ese día teníamos una larga travesía, de unas 40 millas por lo que nos levantamos temprano, desayunamos y salimos sobre las 09:30h. Tardamos unas 8horas en hacer la travesía, por lo que se hizo un poco pesado. Las grumetillas jugando a la consola y peleándose todo el camino, la almiranta poniéndose de mal humor por estar encerrada en el barco... vamos lo típico. Para variar teníamos el viento de morro, no muy fuerte, de unos 15kn, pero nos frenaba bastante, y nos costó bastante pasar el Cap de Pera. Al pasar el cabo, teníamos el viento mas por la amura, por lo que podría sacar el génova y navegar a vela, pero como la grumetilla lo pasaba mal si el barco iba escorado, no me quedó más remedio que aguantarme y seguir a motor con la mayor izada.


 El  motor iba un poco acelerado, algo más de 2000rpm, y con el viento por la amura, el velero avanzaba a 6kn. Gracias a esa velocidad, el GPS nos bajó la hora de llegada en casi 2h, y en lugar de llegar sobre las 19:00h llegaríamos a Pollensa pasadas las 17:00h.



Sobre las 14:30, les preparé algo de comer a las grumetillas, y después de comer, les puse una peli en el portátil y sin darnos cuenta llegamos a Pollensa bastante rápido. Ese día no tenía amarre reservado, ya que a pesar de se3r de PortsIB, solo se puede reservar con un máximo de tres días de antelación. A pesar de no tener reserva, no tuvimos problema en tener amarre y cual fue mi sorpresa, cuando al pasar por caja me dice, quieres luz y agua? Le digo luz sí, pero agua da igual ya que llené el depósito ayer, así que me dice 16,70 en lugar de los 19,70 que me cobraban desde la web, ya que desde la web te cobran el agua aún que no la uses. En fin, para que luego digan que es caro ir a baleares... me parece increíble que solo cobren 16,70 en un puerto como Pollensa.





Total que una vez amarrados, y pasados por caja, nos fuimos al pueblo, yo y la grumetilla Anna nos compramos un refresco y nos fuimos a aprovechar la tarde en la playa, mientras que la almiranta y la grumetilla Lidia se fueron a tomar algo, se ducharon y se fueron a pasear y ver tiendas y a encargar unas ensaimadas para traer de recuerdo.


Al volver de la playa e ir a la ducha nos encontramos con la sorpresa de que volvíamos a tener de vecinos al cofrade Filibustero, que casualidad, coincidir el primer y último día de las vacaciones. Le pregunte sobre cómo veía la meteo para cruzar al día siguiente y me dijo que me pasase por su barco mas tarde y lo mirábamos por internet.
Después de la ducha nos pusimos guapos, y nos fuimos a cenar por ahí... para variar Burguer King ya que con los descuentos que llevaba la almiranta nos hinchábamos a hamburguesas, nuggets y bocadillos de pollo... en fin... comida basura, pero para eso están las vacaciones...




Después de cenar nos volvimos locos buscando una heladería donde vendieran helado de pitufo, y después de patearnos todas las heladerías del pueblo, nos fuimos a una caseta de helados que había al lado del puerto, que tenía cola de gente ya que hacían unos helados artesanales riquísimos.





Después del helado la almiranta quería irse de juerga a tomar unos mohitos, y a ver la fiesta, pero yo solo pensaba en la travesía del día siguiente por lo que prefería irme a descansar al barco... cosa que volvió a poner de mal humor a ala almiranta.
Antes de acostarme, me pasé por el barco de cofrade Filibustero, un Hanse 350 de tres cabinas, y estuvimos comentando el parte (viento de popa durante la tarde y caía por la noche) y charlando un rato mientras me enseñaba su precioso barco.

30/07/2013 PORTOCOLOM - CALA MAGRANER -PORTOCRISTO (10nm)



Ese día la almiranta se levantó de buen humor, al parecer poco a poco se iba acostumbrando a la 'vida' en el barco. Como de costumbre desayunamos, recogimos todo y zarpamos temprano. Teníamos reservado amarre para esa noche en Porto Cristo, y de camino pararíamos a pasar el día en alguna cala. Como ese día soplaba un poco de viento del Nord-Este, busqué en la carta una cala protegida, y elegí Cala Magraner. Pusimos rumbo a la cala y en una horita más o menos llegamos. Pese a estar al abrigo de los vientos del NE, las olas entraban y los barcos que veíamos fondeados se movían bastante. Igualmente busqué un sitio cerca de la cala y fondeamos.



Me tiré al agua para asegurar el ancla, y al subir me di cuenta de que el fondeo no sería cómodo por culpa de las olas, por lo que decidimos ir a la cala con la auxiliar. La cala me decepcionó bastante, ya que en el fondo del fondeo veíamos el agua transparente y la arena blanca, pero al llegar a la cala vimos que no había arena sino piedras, por lo que era un poco incomodo andar y tumbarte a tomar el sol. A pesar de ello, la cala tenía su encanto, ya que se veía una cala salvaje, de difícil acceso, por lo que estábamos prácticamente solos.
Pasamos la mañana en la cala, tomando el sol, bañándonos y buceando. A la hora de comer fuimos al barco, pero seguía balanceado por las olas, por lo que sería bastante incómodo cocinar y comer en el barco, por lo que decidimos levantar el fondeo e ir a comer a Porto Cristo.




Estábamos bastante cerca del puerto por lo que llegamos en menos de una hora. Llamamos por radio y nos indicaron el amarre, donde un marinero nos ayudó a amarrar. Estuvimos charlando un rato con los vecinos de amarre, una pareja de Barcelona, con un Bavaria 33, que reconoció mi barco del relato en LTP de la travesía del año pasado por la Costa Brava.
Recogimos un poco el barco y nos fuimos a comer algo, a un Burguer King que había al lado del puerto, y después de comer me fui con las grumetillas a bañarnos a la playa, mientras la almiranta se iba a pasear y ver tiendas.




Pasamos la tarde en la playa, y sobre las 19:30 nos volvimos al puerto, donde nos duchamos y nos vestimos para ir a dar un paseo y tomar algo. Estuvimos viendo tiendas de suvenires, y al final volvimos al barco a
cenar. Después de cenar fuimos a dar un paseo, pero la mayoría de los bares estaban ya cerrados...




29/07/2013 CALA D'OR - CALA MITJANA - PORTOCOLOM (5nm)


Después de dos días sin navegar, llegó  el momento de proseguir la marcha. Por fin parecía que el viento había desaparecido, y volvíamos a tener mar plano. Salimos de Cala d'Or, y nos dirigimos a una pequeña cala cercana, Cala mitjana. 





Como llegamos temprano apenas habían barcos fondeados, por lo que pudimos elegir un buen sitio donde tirar el hierro, en una esquinita, cerca de las rocas.



La cala era muy pequeña, pero el lugar era precioso. Había una casa grande, con todo de jardín, y en la cala una casa más pequeña y una caseta. Por lo visto era una cala privada, pero que los propietarios compartían con la gente. Debajo de la casa grande había un pequeño embarcadero.
Nos dimos un bañito al lado del barco, y luego convencí a la almiranta para bajar a la cala con la auxiliar.






Una vez en la calita la almiranta fue a preguntar a la gente que cuidaba el lugar, y le informaron de que la cala pertenecía a una adinerada familia, que tenían negocios relacionados con la banca.
La almiranta se fue a dar un paseo, y yo me quedé en la pequeña cala haciendo castillos de arena blanca con la pequeña Anna.
Al cabo de un rato volvimos al barco y seguimos bañándonos y buceando viendo peces.
Poco a poco la cala se fue llenando, y pude observar que la mayoría de las embarcaciones fondeaban y se amarraban con un cabo por popa a las rocas, por lo que yo hice lo mismo, para evitar un posible borneo si cambiaba el viento.




Antes de comer, hicimos un poco de aperitivo y echamos una partidita al rummy.




Después de comer, echamos una siesta, y seguimos con nuestros bañitos y buceos en la preciosa cala, y a media tarde recogimos, levamos ancla y nos fuimos a nuestro siguiente puerto, Porto Colom.



Al llegar llamamos por radio y el marinero me indicó que amarrara en el primer hueco que viera en el pantalán flotante. No pudo venir a ayudarnos porque acababa de entrar la flota pesquera y estaba ocupado. Amarramos sin problema y como siempre, la almiranta salió disparada nada más tocar tierra. Así que fuimos todos a dar un paseo por el pueblo y a tomar algo fresquito.
Volvimos al puerto, nos duchamos y nos vestimos para ir a cenar a un restaurante. El paseo marítimo estaba lleno de restaurantes, un poco caros, así que decidimos ir hacia la parte antigua del pueblo a cenar. Nos recorrimos el casco antiguo, pero no habían restaurantes, eso sí, el pueblo era precioso.






Al final decidimos ir al otro lado del pueblo, una buena caminata, pero valía la pena, porque había una pequeña feria y bares más normales donde comer algo. Al final nos sentamos en un bar de tapas, y pedimos la bebida y unos bocadillos para las niñas, y unas tapas para nosotros. A la hora de pagar, resultó que no se podía pagar con tarjeta, y yo me había dejado la cartera en el barco, por lo que me toco pegarme una carrera de un par de km para ir al barco a buscar la cartera. Después de cenar, volvimos al barco estuvimos charlando un rato con el vecino de amarre, y nos fuimos a dormir ya que estábamos cansados.