domingo, 31 de agosto de 2014

21-22/08/2014 Travesía Ibiza - Vilanova

...Y llegó el día de volver a Vilanova. Yo estaba un poco nervioso por la travesía de vuelta, no hacía mas que mirar los partes para esos días. En principio la previsión de viento y olas no era del todo mala. Nuestro amigo Xavi (Goldendreams) nos recomendó quedarnos un día mas y salir al día siguiente ya que el parte de AEMET pintaba un incomodo mar de fondo del través. Lo estuvimos valorando, pero la previsión del viento para el viernes por la noche no era tan buena, y además querían estar el sábado por la tarde en casa, por lo que decidimos zarpar el jueves como teníamos previsto.
El Marc y la Montse no estaban muy convencidos, su familia les había avisado por teléfono de que pintaban lluvias para todo el fin de semana… pero los convencí diciéndoles que la lluvia no importaba, que lo malo eran el viento y las olas.
Al final, entre que nos levantamos tarde, y las compras de última hora, zarpamos sobre las 12 del mediodía.
Mientras estuvimos al abrigo de la isla de Ibiza la cosa fue bastante tranquila. Al cabo de unas horas, la previsión de Xavi se empezó a cumplir, mar de fondo de 1,5m, pero no lo teníamos del través, sinó un poco por la amura, por lo que el Furia subía y bajaba las olas sin problemas, aunque el balanceo dentro del barco era constante. A la hora de comer, preparamos unos sándwich, no teníamos mucha hambre. La tripulación cansada de la juerga de la noche anterior se mareó un poco, y se refugió del sol tumbándose en las literas a dormir. Y yo me pasé toda la tarde en cubierta, escondiéndome del sol detrás de la vela mayor, y observando el mar en busca de delfines… no vi ni uno.
Hacía un poco de viento, por lo que decidí darle un descanso al motor y navegamos casi una hora a vela:


El Marc y la Mónica estaban bastante mareados, y con las prisas para salir se olvidaron de comprar biodramina, por lo que se pasaron casi todo el día durmiendo. Al anochecer nos decidimos a hacer la cena, teníamos pollo a la plancha que lo acompañamos con una ensalada de arroz. Con el movimiento del barco era un poco incomodo cocinar, y totalmente imposible cenar en la mesa. Mientras intentaba hervir el arroz se terminó el gas, y tuve que cambiar la bombona… abre el tambucho, busca la bombona de recambio, quita el tornillo que fija la tapa del compartimiento del gas …etc sin darme cuenta, yo también me maree un poco, pero por suerte se me pasó bastante rápido.
Al final Montse terminó de hacer la cena, y volvimos a recibir la visita de un delfín que vino a saludarnos.
Cenamos como pudimos, todos en la bañera, y después de cenar me tumbé a descansar media horita, antes de la guardia, que otra vez la hice doble ya que la Mónica estaba mareada.
Mi guardia transcurrió sin problema, iban pasando las horas y poco a poco llegamos a la mitad de nuestra travesía. A las 02:00 desperté a Marc para que hicieran sus guardias y me tumbé a intentar dormir un rato, cosa difícil ya que la luz del frontal de Marc me deslumbraba cada dos por tres, y Marc me despertó un par de veces por los barcos que nos cruzamos, pasamos bastante cerca de un enorme crucero, otra vez para decirme que íbamos directos a una tormenta con bastante actividad eléctrica.


A las 06:00 Marc me despertó, me volvió a tocar guardia, la noche llegaba a su fin, y empezaba a clarear, por popa se veía bastante despejado, pero pero delante nuestro seguía la tormenta, nubes negras, que poco a poco fuimos alcanzando y empezó a llover.
Corrí la tapa del tambucho, y me metí dentro a seguir la guardia protegido de la lluvia. En la pantalla del OpenCPN veía con el AIS los barcos que teníamos alrededor, por lo que estuvimos bastantes horas haciendo la guardia desde dentro, sacando la cabeza cada 10 o 15 minutos.
De repente la Mónica se puso a chillar que había un bicho dentro del barco, y es que había entrado una enorme libélula. Abrí el tambucho y conseguí ahuyentarla, pero al salir fuera me di cuenta de que había varias libélulas que nos habían ocupado el barco.
Empezó a llover un poco mas fuerte y entraban gotitas de agua por los tornillos del cierre del tambucho. Las mujeres se levantaron y desayunaron un poco. El Marc se despertó malhumorado por que no le dejábamos dormir, y se puso a chillar como un loco… le llamé la atención y pasé de discutir con él… como ya estaban todos despiertos me tumbé a descansar un rato, y dormí un par de horitas mas.
La mañana pasó casi sin darme cuenta, y cada vez estábamos mas cerca de nuestro destino.
Poco a poco el viento fue subiendo y corríamos un poco mas. Intenté sacar el genova pero entonces al piloto le costaba mantener el rumbo, por lo que decidí volver a enrollarlo, prefería perder medio nudo de velocidad que tener que estar en la caña.  Ya quedaban solo 25 millas, estábamos llegando, al cabo de una hora quedaban 20 millas y el viento y el mar empezaron a crecer… una hora mas, nos quedaban 15 millas pero no veíamos tierra, y nos metimos de lleno en un temporal de Levante con vientos de 25kn del través y olas cada vez mas grandes.
Pedí a la tripulación que se metiera dentro cerré el tambucho y me quedé con la escota de la mayor en la mano cazando y soltando cada vez que entraba una ráfaga de viento. Las olas barrían la cubierta y yo en la bañera recibía los constantes rociones como si de una ducha de tratase. Enseguida salió la Mónica que prefería estar fuera que dentro ya que se mareaba. Y ahí estábamos los dos, codo con codo, recibiendo los rociones, pasando olas que ya habían crecido hasta llegar a los 3 y 4 metros, capeando el temporal la mar de felices, riendo y pasando frío. Tardamos 3 horas mas en llegar a puerto, a unas 12 millas nos juntamos con unos pesqueros que volvían a puerto, y poco a poco nos fuimos acercando, llegamos a la piscifactoría, y por fin conseguimos entrar a puerto sobre las 5 de la tarde, cansados, pero contentos de llegar sanos y salvos, después de una travesía de 135 millas desde San Antonio.

Nuestras vacaciones llegaban a su fin. Habían sido 20 días embarcados, habíamos recorrido 520 millas, y habíamos conseguido hacer el triplete: Mallorca – Menorca y Ibiza!!!




20/08/2014 San Antonio - Puerto de San Miguel - San Antonio

...Los días pasan volando, y este sería nuestro ultimo día en Ibiza, al día siguiente zarparíamos de regreso a Vilanova. Decidimos ir a la cala Benirrás, famosa por la costumbre de los ‘hippies’ de ir a ver la puesta de sol y tocar tambores.
Como cada mañana fuimos a la cofradía de pescadores de San Antonio a comprar el hielo y zarpamos a disfrutar de una nueva cala.
La travesía fue un poco movida. Soplaba un viento del suroeste que nos era bastante favorable, aunque por este lado de la costa de Ibiza el viento rola constantemente siguiendo la orografía del terreno, lleno de acantilados…
Al acercarnos a la cala me di cuenta de que no estaba nada protegida del viento que teníamos ese día, mire la carta en el OpenCPN, y decidimos ir a una cala cercana, mas protegida del viento del oeste, la cala de Puerto de San Miguel.





En la cala habían bastantes barcos fondeados en el centro, pero pude ver que entrando en la cala, a estribor, detrás de un saliente, hay como otra pequeña cala mas protegida, con barcos fondeados en boyas.
Buscamos un claro de arena en la posidonia, i echamos el ancla, como de costumbre baje buceando a comprobar que quedara bien cogida.
Montamos el motor en la auxiliar, y llevé a Marc a la pequeña cala, tenía ganas de estar solo, y volví al barco para llevar a las chicas al puerto de San Miguel donde pasaron la mañana paseando y tomando algo, mientras yo me volví al barco.

Al mediodía recogí a la tripulación y nos fuimos al barco a comer. Ese día la Mónica preparó un delicioso solomillo a la pimienta, con arroz, y una ensalada, acompañado por una botella de crianza… mmm… y de postre un poco de queso de Mahón con el vinito que quedaba.
Después de comer nos tomamos un buen café, un chupito, y nos pegamos un bañito para despejarnos.
Pasamos la tarde buceando por la cala:

La Mónica mirando con los prismáticos a un megayate que había fondeado y había desembarcado a alguien en la pequeña cala donde estábamos que tenía una mansión, y quería ver si era algún famoso.  Según Mónica buscando por internet por el nombre del barco era un magnate ruso que se dedica a las piedras preciosas… en fin…
Las mujeres querían volver temprano para alquilar una moto e ir a visitar la otra parte de la Isla, y la capital, pero entre una cosa y otra levantamos el ancla que eran casi las 19:00h, y teníamos una travesía de 3h de vuelta hasta San Antonio.
Llegamos ya de noche, sin ningún contratiempo, el piloto automático funcionó correctamente todo el día… a ver si nos aguanta la travesía de vuelta.
Esa noche era nuestra última noche, por lo que salimos los cuatro a cenar, y luego nos fuimos de copas hasta las 3 o las 4 de la madrugada… ya descansaríamos al día siguiente en la travesía de vuelta… por lo menos algunos…

19/08/2014 San Antonio - Es Vedra - Atlantis - Cala Vadella - San Antonio

...Al día siguiente, como de costumbre, fuimos a pasar el día a una cala. Ya les había dicho a Marc y Montse que yo Ibiza no lo conocía, y que se encargaran ellos de elegir la cala que querían visitar y yo los llevaba. Montse estuvo con el móvil mirado calas e información por internet, y al final dijo: -Ya sé!! Vamos a ir a Atlantis!! Según nos comentó, Atlantis no era en realidad una cala, sino unas rocas, en las que nos podíamos bañar, y habían unas cuevas, en las que había una figura de un Buda.
Atlantis está en la parte sur de la isla de Ibiza, por lo que la travesía fue un poco larga. Salimos de San Antonio y pusimos rumbo a pasar entre la isla conejera y la isla des Bosc. Al acercarnos a las islas vimos la cala des Bosc, con un montón de barcos fondeados y pensamos que podíamos pasar entre la illa des Bosc y la cala, pero hay una escollera natural, con muy poca sonda, y pregunté a un velero que había fondeado y me dijo que no pasara por ahí, que diera la vuelta a la isla des Bosc y pasara por detrás, así que después de ver la preciosa cala seguimos nuestro camino.



Poco a poco nos fuimos acercando a la Isla de Es Vedrà, Montse quería ir a ver la isla, pero al mirar por Internet vimos que era un parque natural y que se necesitaba permiso de fondeo. Así que seguimos rumbo a Atlantis.





Al principio no lo encontrábamos, solo veíamos rocas, pero al final vimos gente en las rocas y fuimos hacia ahí. La verdad es que nos desilusionó bastante. Montse recordaba un lugar precioso, pero al llegar nos encontramos un montón de rocas, sin ninguna protección del viento y las olas, y Hippies en pelotas… En fin, habíamos hecho unas cuantas millas para llegar hasta ahí, así que fondeamos. Yo como siempre después de fondear me tiré al agua a revisar el ancla, y me fui nadando hacia las rocas. A medio camino noté como si algo me quemara en el brazo. Me paré, me di media vuelta, y otra vez en el otro brazo. Mierda!!! Medusas!!!! Volví nadando al barco y salí rápidamente del agua. Al fijarnos nos dimos cuenta que estaba lleno de medusas pequeñas negras con muy mala pinta… el resultado de sus picadas en mis brazos:




De vuelta en el barco nos dimos cuenta de que el barco se movía mucho, ahí no nos podíamos quedar a comer, encima sin podernos bañar por culpa de las medusas así que decidimos buscar otro sitio. Al principio pensamos seguir hacia el Sur, rumbo a cala Llentrisca, pero como quedaba muy lejos y por la tarde teníamos que volver, decidimos dar media vuelta e ir a comer cala Vadella. Estabamos tan al sur que se veía la isla de Formentera!!!


Antes de llegar a nuestro destino el piloto automático se volvió a estropear, además al ir a fondear, al bajar de revoluciones el motor, se nos paró y no quiso volver a arrancar! Lo hace a menudo cuando está caliente, que al bajar las revoluciones queda el ralentí muy bajo y se para… En fin, con la arrancada que llevábamos, buscamos un clarito de arena entre el campo de boyas de cala Vadella y echamos el ancla.


Comimos tranquilamente, y pudimos ver como ahí también había medusas, y vimos como picaban a unos chavales que iban en un patín de playa.
Después de comer me pude a arreglar el piloto automático. Pensando en la travesía de vuelta, pensé que tenía que arreglarlo bien, así que lo volví a desmontar y esta vez, al montarlo añadí una gota de pegamento de pvc a la pieza que se sale del eje, con la intención de fijarla al eje y que no se volviese a salir. Al parecer fue una buena idea, ya que el piloto de momento no ha vuelto a fallar.



Zarpamos sobre las 17:00 horas de vuelta a San Antonio, probamos el piloto automático, y como había viento decidimos navegar un rato a vela. Al rato el Marc me avisa de que se acerca una enorme motora con claro rumbo de colisión, le digo que tranquilo que ya se apartará, que tenemos preferencia por ir a vela. Pero no, la motora no se apartó, me tuve que apartar yo en el último momento, y darles recuerdos a la madre que los parió a todos los que iban a bordo de la motora… en fin… lo de siempre…
Pasamos la isla Conejera, y le hicimos unas fotos al enorme yate que había fondeado:



En la bahía de San Antonio vimos algo curioso, una barquita de estas de alquiler sin título, dando vueltas sin nadie a bordo, y un individuo intentando subir cada vez que la barca pasaba por su lado, con el peligro que supone la hélice del motor… vaya espectáculo… unas motos acuáticas también lo vieron y se acercaron a ayudar, pero antes de que llegaran el individuo logró subir a la barca en marcha… en fin… que peligro.
Llegamos a San Antonio pasadas las 19:00h, y nos fuimos a tomar unas cañas antes de ducharnos. Ese día nuestros amigos tuvieron una pequeña discusión doméstica, y Marc no quiso venir a cenar con nosotros. Así que nos fuimos los tres a cenar, y a dar una vuelta por San Antonio. A Montse no le gustó, ya que estaba lleno de guiris borrachos, por lo que la acompañamos al barco, y yo me fui con Mónica a acabar el día tomando una ‘pinta’ de cerveza a un pub irlandés:


18/08/2014 Portinatx - Es Portixol - San Antonio

Sobre las 11:00 A.M. nos fuimos despertamos, desayunamos un poco, y decidimos ir a una calita cercana, Es Portixol, que estaba al lado mismo.
Arrancamos motor, y al llegar vimos que era un campo de boyas y no había arena para echar el ancla, por lo que al final vi una boya bastante 'cutre' ya que era una defensa, y nos amarramos a un muerto.



Como no estaba muy tranquilo de dejar el barco en una boya ocupada, yo me quedé a descansar en el barco y la tripulación desembarcó con la auxiliar. Marc y Montse fueron a la cala y Mónica que no estaba muy fina, se fué a caminar... su intención era llegar andando hasta San Antonio... al final la convencí para que siguiera el camino con nosotros.
Cuando volvieron al barco fuí con Marc con la auxiliar a ver una cueva... precioso...:


Al mediodía volvió Mónica que fue a comprar pan y hielo, y preparé una ensalada de pasta para comer. Mientras estaba cocinando aparece una semirigida bastante grande llena de gente con neoprenos, de una escuela de buceo, y nos dice que la boya es suya. Cuando me iba a desamarrar nos dice que no hace falta, que se va a otra boya libre, que nos deja la boya, pero que no pasemos mas de una noche... un detallazo por su parte, se lo agradecí, pero le dije que teníamos amarre reservado en San Antonio para esa noche.
Así que comimos tranquilamente, nos seguimos bañando, llevé a Mónica a ver la cueva, y sobre las 16:00h decidimos seguir rumbo a San Antonio, que todavía teníamos un buen trozo.
Navegamos toda la tarde, con viento de popa, a ratos a vela a ratos a motor, cruzándonos con un montón de barcos.


Antes de las 20:00 llegamos a San Antonio, pasamos por delante del Café del Mar:


Y a las 20:00h ya estábamos amarrados, nos dimos una ducha y nos fuimos a pasear por San Antonio... algo diferente de lo que recordaba de Ibiza... mas bien parecía Lloret, por el turismo de borrachera, pero la gente iba rollo ibizenco, tíos cachas tatuados y tías medio desnudas por la calle.
Cenamos en el Kentuky Fried Chiken, paseamos un poco y sobre las 00:00h nos fuimos a dormir.
 

17/08/2014 Cala d'Or - Ibiza

Al día siguiente nos levantamos tranquilamente, sin prisas, no hacía falta madrugar, y preparamos el barco para nuestra siguiente travesía rumbo a Ibiza. Mónica se fue al super a comprar, y mientras nosotros lo recogimos todo y nos fuimos a repostar gasoil, ya que la cola a veces es de horas de espera si tienen que llenar los tanques los megayates.
Por suerte no había mucha cola, solo teníamos tres barcos delante, y el mas grande le echo 1700€ de combustible!!!
Tuvimos una pequeña discusión con un marinero antipático que no nos ayudó a atracar y nos dijo que no podíamos estar ahí cuando lo único que queríamos era repostar... en fin... como no llevamos un megayate nos trató como si fuéramos 'ocupas'.
Después de repostar llegó Mónica con la compra, y ese día se puso echa una fiera por una tontería, se cabreó porque no podía entrar por la gasolinera y por que no habíamos devuelto la tarjeta... en fin una tontería que por culpa de su temperamento casi pone fin a su viaje... pero al final se calmó y embarcó y pudimos zarpar.
Al salir pudimos ver que teníamos un buen viento de aleta que nos acompañaba, y según el parte podríamos hacer toda la travesía a vela, y así lo hicimos. Mónica se tumbó dentro malhumorada, y al poco rato tuvimos la agradable sorpresa de recibir la visita de un hermoso delfín. Eso puso fin al enfado de Mónica, parece que los delfines siempre nos visitan cuando mas los necesitamos, y nos transmiten la paz y buen rollo que siempre hace falta en una travesía como la nuestra.
Poco a poco fuimos haciendo millas, doblamos el cabo Salinas, y pasamos entre Cabrera y Mallorca. Lástima que este año nos perdimos la visita a Cabrera, cuando fui a hacer la reserva ya no habían boyas...
A media mañana tuvimos una avería en el piloto automático... me lié a desmontarlo, y resulta que se había soltado una pieza, una rueda dentada que va encajada a presión en el eje del pequeño motor eléctrico. Lo volví a montar, pero no me quedé muy tranquilo con la reparación, ya que entendí que igual que se había salido una vez, no veía porque no se iba a volver a salir...
En fin, que ese día lo pasamos de travesía, tranquilamente, escuchando música y holgazaneando haciendo nuestros turnos de guardia, hasta que llegó la deseada hora de la puesta de sol:




Como no teníamos mucha hambre picamos algo para cenar, estuvimos un rato mirando las estrellas, y cuando nos cansamos nos fuimos a descansar, respetando las guardias de cada uno, con el chaleco y el arnés de seguridad puesto. Al anochecer rizamos la mayor por precaución, y al cabo de un rato rizamos también el genova ya que el barco avanzaba casi a 6kn un poco escorado, y la tripulación que tenía que hacer las guardias no tenía mucha experiencia...
Mi guardia era de 00:00 a 02:00 A.M., a  las 00:00 arranqué el motor, y lo dejé a un régimen bajo de vueltas para que fuera cargando las baterías, aunque el barco seguía navegando a vela. Estaba tranquilamente de guardia cuando a las 00:30 el piloto automático vuelve a averiarse!!! Así que me tocó estar a la caña un buen rato. Por suerte pasadas las 01:00 ya tenía visible los faros de Ibiza, por lo que pude dejar de mirar el compás y fijarme en un punto del horizonte.
A las 02:00 desperté a Marc y me puse a reparar el piloto, lo que me costó bastante, debido a la hora, el cansancio y el movimiento del barco. Finalmente sobre las 03:00 el piloto ya volvía a funcionar. Fijamos el rumbo y pude descansar durante 4 horitas, lo que tardamos en llegar a Ibiza.
Como era temprano, puse rumbo a Portinatx, donde llegamos sobre las 09:00A.M., la tripulación estaba durmiendo, por lo que busqué un clarito de arena entre la posidonia, eché el ancla y me puse a dormir un rato yo también.

viernes, 29 de agosto de 2014

16/08/2014 Cala Mitjana – Cala d’Or

Esa noche sopló de verdad, y a pesar de lo refugiada que está la cala, las olas entraban en la cala. Yo tenía puesta la alarma de garreo, y el barco no se desplazó mas de 5m del sitio, pero eso si, se movía como una coctelera toda la noche… casi me caía de la cama…
Por la mañana empezó a llover, hacía un día de perros, olas, viento, lluvia… por lo que en cuanto el resto de la tripulación se despertó, decidimos zarpar y buscar refugio en Cala d’Or o PortoPetro. Levantamos el fondeo y salimos del refugio de la cala, el viento nos venia de aleta, y las olas casi del través, por suerte Cala d’Or está a solo 1,5millas. Entramos en Cala d’Or ya que teníamos que rellenar de combustible, y pedimos si tenían amarres, y nos dijeron que sí, por lo que decidimos quedarnos en Cala d’Or que tiene mucha mas vida que PortoPetro. Como llovía no repostamos combustible y nos fuimos directamente al amarre. Nos atendió el mismo marinero que el año anterior, un simpático argentino mayorcito. Una vez amarrados aprovechamos para usar la lavandería y ducharnos y asearnos como dios manda.
Al mediodía dejó de llover y nos fuimos a comer a un restaurante, después a comprar algo, y nos fuimos a pasear hasta Cala Egos:






Volvimos de cala Egos al anochecer, cenamos en el barco, y después de cenar, Marc y Montse se quedaron en el barco, y yo me fui con Mónica a tomar algo, y escuchar música en directo en un pub irlandés.
Nos acostamos cerca de las 02:00h pensando en la travesía del día siguiente… Nos vamos para Ibiza!!!!


15/08/2014 Porto Petro – Cala Mitjana

Al día siguiente, como no teníamos amarre, decidimos volver a pasar el día a Cala Mitjana, ya que era donde mejor habíamos dormido. Total que desayunamos y no tardamos en zarpar para no llegar muy tarde a la cala.
Navegamos por la bahía de PortoPetro, y al salir, cuando iba a izar la vela mayor oigo un ruido raro en el tubo de escape. Era como un coche a escape libre, sonaba mas fuerte de lo normal, miro el escape, y maldición!! No sale agua!!! Rápidamente paré el motor, saqué genova y nos volvimos a meter dentro de la bahía, donde nos amarramos a una boya para solucionar el problema. Al principio pensé que podía haber pillado un plástico que atascara la entrada de agua, pero me tiré al agua y la entrada estaba bien. Saqué la tapa del rodete de la bomba del agua y aparentemente estaba bien. Abrí el grifo de fondo y el agua entraba bien en la bomba. Saqué el tubo de la salida de la bomba del agua, soplé y aparentemente no estaba atascado… no entendía nada… de todas formas ya que había desmontado la tapa, le puse un rodete nuevo, volví a cerrar todo, arranqué el motor, y seguía sin salir agua ¿?, al final me dio por pegar un acelerón para darle presión al agua, y bingo! Empezó a sacar agua, al principio, muy negra, supongo que debía estar taponado.
Una vez solucionado el problema, seguimos nuestra travesía hasta Cala Mitjana, me había quedado con las ganas de que el francés me enseñara su barco, para ver en persona como es realmente un barco transmundista. Debido al problema con la bomba del agua, llegamos bastante tarde a la cala, que estaba bastante llena, y por cierto, nuestro amigo francés había desaparecido… habrá continuado su camino…
Buscamos un hueco y fondeamos al lado contrario que los días anteriores. No paraban de llegar barcos a la cala, y al cabo de un rato empieza el espectáculo, aparece un Bavaria 42 de alquiler, y veo que empieza a meterse entre todas las barcas. Intenta fondear una y otra vez, y al final hecha el ancla al lado de otros barcos, soltando muy poca cadena y se queda muy pegado.


Al cabo de un momento el barco empieza a acercarse a otro velero grande que hay fondeado, el barco cada vez está mas cerca del otro y el tío tan tranquilo. Al final parece que se tocan, y el del Bavaria arranca de malas ganas. Menudo Show montó, empezó a ‘chocar’ con un barco y con otro, y me dio por gravar la secuencia:



Nosotros cada día madrugando para pillar sitio en la cala, y el tío llega a las 13:00h y quiere fondear al lado de la cala, con dos webs, y encima cuando casi pasa por encima de mi auxiliar, y le digo algo, me responde irónicamente: ‘Si, vale gracias’.
 Y el tío no se queda contento y sigue, hasta enganchar su ancla con el de otra motora que estaba tan tranquilamente fondeada:



Al final entendimos porque quería acercarse tanto a la cala… para embarcar a unos tripulantes… Tanto barco, y no tienen una auxiliar para embarcar/desembarcar ¿? … en fin…

Pasamos la tarde disfrutando de la cala, y al atardecer, cuando se vacío la cala movimos el barco hasta el otro lado de la cala. Habíamos estado mirando el parte, y marcaba bastante viento y lluvias que tenían que entrar durante la madrugada.
Como la cala es estrecha, y el ancla lo había dejado bien clavado (casi enterrado), decidimos no tocar el ancla, y llevamos el barco al otro lado de la cala, dejando los 30m de cadena, mas unos 5m de cabo, amarramos el cabo por popa y tensamos el conjunto, intentando no quedarnos muy atravesados a la cala (un poco en diagonal), y nos decidimos a pasar la noche, bien asegurados.
Al anochecer nos llevamos una sorpresa, aparece un barco grande de 40 y pico pies, que echa el ancla cerca de donde estaba mi ancla (bastante lejos de mi barco), me tiré a bucear y asegurarme de que no se hubiera cruzado con mi cadena, y vi que no había problema, su ancla estaba a un par de metros de mi cadena, y hacia el lado contrario, al mirar al barco, sabéis quien era el patrón? El mismo que por la mañana iba en el Bavaria, o sea que se trata de un Patrón Professional… pues vaya huevos…



14/08/2014 Cala Mondragó

Al día siguiente, como el parte no era bueno, decidimos dejar el barco en su amarre e ir andando hasta la Cala Mondragó a pasar el día. Paramos en el super dl pueblo a comprar cosas para picar y pan y algo para hacernos unos bocadillos. Después de una buena caminata (5km) llegamos al parque natural del Mondragó y bajamos hasta la cala. Entraba un poco  de ola, por lo que apenas había barcos en la cala:




Pasamos la mañana tomando el sol y bañándonos en la cala grande, y al mediodía nos fuimos a comer al merendero que hay en la entrada de la cala. Compramos algo frio para beber en el chiringuito de la playa (nos metieron un buen sablazo por 4 latas de bebida), y comimos en una mesa de piedra a la sombra de los pinos.
Después de comer nos pegamos una siesta en la playa, mas bañitos, y a media tarde volvimos a PortoPetro.
Al llegar paramos en la terraza donde comimos el dia anterior y estuvimos tomando unas cañas alegremente, un selfi del momento:



Antes de que cerrar el supermercado decidimos ir a comprar mas comida, ya que ahora venían otras dos noches que no teníamos amarre, y de paso pensamos en comprar una botella de vino para llevársela a nuestro amigo francés para agradecerle su ayuda del otro día.
Nos fuimos al barco a cenar, y después de cenar nos quedamos tomando algo en el barco, y escuchando música chillout que tocaban en directo en una terraza cercana…


jueves, 28 de agosto de 2014

13/08/2014 Cala Mitjana - PortoPetro

Esa noche dormimos bastante mejor que la anterior, esta cala está mucho mas resguardada de las olas que la cala Sa Nau. Desayunamos algo y estuvimos dando de comer a los peces:


Después nos fuimos a la cala a tomar el sol un rato antes que la cala se llenase.
Nuestro vecino francés puso otro cabo por popa y aseguró su ancla, y nos comento que esa noche entraría viento fuerte del norte. Por suerte nosotros teníamos amarre reservado en PortoPetro.
Poco a poco fueron llegando barcos: lanchas, llauts, veleros… y cada uno fondeaba donde podía.
Nos estuvimos bañando y buceando por la cala:




A media mañana el viento empezó a soplar. Yo estaba tomando el sol y vigilando de vez en cuando, cuando de repente me doy cuenta de que mi barco se ha movido y está peligrosamente cerca de las rocas. Rápidamente se lo digo a Mónica, y me tiro al agua y voy nadando hasta el barco. Nuestro amigo francés estaba en el agua y me dijo que mi ancla había garreado. No me lo puedo creer, si estaba muy bien clavada y llevaba mas de un día ahí sin moverse. Estoy casi seguro que algún barco de los que fondeó delante del mio cruzó su fondeo con el mío y al irse me lo levantó! El caso es que el barco estaba ya a menos de 2m de las rocas. Me subí al barco, arranqué motor y tiré un poco para adelante. El francés se ofreció a ayudarme, y primero le dije que no hacía falta pero enseguida me di cuenta de que yo solo no podía levantar el fondeo, y estar al timón, así que le pedí ayuda y entre los dos intentamos volver a asegurar el fondeo. A la primera no lo conseguimos, pero a la segunda el ancla agarró. En medio del follón pude ver que mi barco no era el único con problemas. Entraban fuertes ráfagas de viento y varios barcos empezaron a garrear y a ‘chocar’ unos con otros. El resto de la tripulación llego con la auxiliar, y se subieron al barco a ayudar.
El francés nos dijo que el ancla estaba bien agarrado, que no nos preocupáramos, pero viendo los problemas de los otros barcos, y temiendo que la cosa fuera a peor decidimos irnos a comer a PortoPetro ya que teníamos el amarre reservado.
Nos despedimos de nuestro amigo francés, y cuando nos íbamos nos hace señas avisando que nos dejábamos el cabo de amarrar por popa. El buen hombre vino nadando hasta el barco y nos lo trajo…
Nos fuimos de la cala dándole mil gracias al francés, y huyendo de la que se podía liar con tanto barco y tanto viento…
Enseguida llegamos a PortoPetro, pero Marta, la encargada de PortsIB, no estaba, me había llamado para preguntar a que hora llegábamos y me había dicho que ella llegaba a las 17:00. Vimos un velero amarrado, y les pedimos que apartaran la auxiliar para amarrar al lado, y nos dijeron que ahí no podíamos, que ese era el sitio del StarFish (barco que pasea los turistas por las calas). Nos dijeron que había solo un amarre libre que era el nuestro, y enseguida lo vimos, con un cartel que ponía ‘Reservado PortsIB’. Amarramos solitos, sin problemas y nos fuimos a comer a un restaurante del puerto.



Estábamos comiendo en la terraza del puerto, cuando de repente el viento empezó a subir. Empezaron a volar servilletas, a caer cubiertos y copas. El cielo se fue poniendo negro, y decidimos coger los platos y terminar de comer en la terraza de dentro, que estaba cubierta.
Al cabo de un rato empezó a llover y soplar un viento huracanado, y nosotros comiendo tranquilamente en el restaurante… que suerte tuvimos…
Después de comer, nos pegamos una ducha (con la manguera en la bañera del barco, ya que en PortoPetro portsIB no tiene servicios), y fuimos a pasear por el pueblo. 




Compramos algo para cenar, y nos fuimos a cenar al barco y a dormir.




12/08/2014 Cala Sa Nau – Cala Mitjana

Después de pasar una noche de fondeo incómodo, nos fuimos a pasar el día a la siguiente cala, Cala Mitjana, que nos había gustado mucho el año anterior.
Al llegar a la cala nos sorprendió lo bien ordenados que estaban los barcos que habían pasado la noche en la cala. Todos en fila, uno al lado del otro, con el ancla en proa y un cabo por popa a tierra. A simple vista parecía que estaban amarrados en un puerto:




Buscamos un hueco, y nos metimos entre un flamante Oceanis 43 y un velero de hierro de un transmundista francés. Mientras las mujeres babeaban con el Oceanis, yo me quedé flipado con el hierro francés. Como siempre me tiré al agua para asegurar el ancla, y de paso amarrar el cabo a tierra por popa, y me quedé un rato charlando con el vecino francés. La verdad es que con las pintas que tenía (pelo largo con rastas y barba, todo canoso) creo que los ‘pijos’ del resto de veleros no se le acercaban mucho, por lo que el hombre parecía encantado de que alguien se interesara por su barco. Me contó que estaba por las islas pasando el verano, y que en octubre empezaría a tirar para canarias, luego cabo verde, y a cruzar el atlántico!! Le dije que era mi sueño.
Bajamos a la cala, y decidimos ir a andar un poco y pasar el día en Cala d’Or. Le pedí a mi nuevo amigo que le echara un vistazo al barco ya que íbamos a estar unas horas fuera, y el hombre me dijo que no me preocupara, que el no tenía pensado moverse.



Después de una buena caminata (5km) por caminos y campos, llegamos a nuestro destino.



Pasamos el día en Cala d’Or, paseando, viendo tiendas, bañándonos y tomando el sol en la playa, luego fuimos a tomar café a un sitio con piscina, y al atardecer volvimos a nuestra pequeña cala, para ver como poco a poco la gente se iba, y nos dejaban la cala para que la disfrutáramos nosotros solitos:




Al anochecer nos volvimos al barco a cenar, tomar algo y a dormir pronto, que estábamos cansados.



11/08/2014 PortoColom – Cala Sa Nau

Al día siguiente por fin parecía que ya había pasado el temporal, el mar estaba bastante plano y ahora venían dos noches para los que no teníamos reservado amarre y pensábamos dormir en alguna cala.
Salimos pronto para llegar temprano a la cala y poder fondear sin problema. Busqué un hueco cerca de la cala, y como siempre echamos el ancla en un fondo de arena. Dejamos cadena suficiente (3 veces la sonda), y amarramos un cabo por popa a las rocas, para no bornear.





Como siempre lo primero que hice fue tirarme al agua y bucear para asegurarme de que el ancla estaba bien clavada en arena, y poco después fuimos todos a tierra con la auxiliar para coger un hueco en la arena y tumbarnos a tomar el sol.





Pasamos la mañana tirados tomando el sol, y al mediodía fuimos al barco a comer algo. Mientras preparaban la comida, aproveché para hacer unos saltos desde las rocas:




Después de comer, celebramos el cumple de Montse:



Luego una siesta, y mientras el resto se volvió a la cala a tomar el sol, yo me puse a bucear para pescar la cena, algunos peces, y una morena!!!!






Al atardecer, Marc y Montse volvieron de la cala. Es curioso ver en esta foto una familia, matrimonio con dos niños pequeños, con una pequeña embarcación de unos 4m, que hicieron noche en la cala, al igual que nosotros, y que nos los encontraríamos también al día siguiente durmiendo en otra cala, demostrando que no hace falta un gran barco para disfrutar del mar.




Cenamos, nos tomamos algo en el barco, puse la alarma de garreo en el mobil y nos fuimos a dormir. La noche fue un poco movida, ya que el barco al estar amarrado por popa quedó un poco atravesado a las olas, que nos mecieron durante toda la noche.