Al día siguiente nos fuimos a pasar el día a una cala. Me
habían habado muy bien de la cala Macarella, por lo que nos dirigimos ahí. La
travesía fue tranquila con poco viento y a motor.
Al llegar a la cala habían bastantes barcos fondeados, y tuvimos
la suerte de que un velero de unos 40 pies, se marchaba justo cuando llegábamos,
y pudimos fondear justo delante de la cala macarelleta.
Como siempre, después de tirar el ancla, lo primero que hago
es bucear y bajar y clavar bien el ancla en la arena. Pasamos la mañana bañándonos
y buceando.
Incluso la Mónica se bañó y fuimos nadando hasta la Macarelleta
y luego fuimos andando por un sendero que hay hasta la Macarella, dónde por
cierto nos encontramos con unos conocidos del cole de mi hija pequeña.
Comimos en el barco, y la tarde siguió con el mismo plan estresante:
siesta, bañito, buceo, cervecita, picoteo… al caer la tarde la cala fue quedando
desierta, y bajamos con la auxiliar a estirar un rato las piernas.
Volvimos al barco, había entrado una brisa y hacia un poco
de frio, pero decidimos pasar la noche fondeados y zarpar al amanecer rumbo a
Portocristo (Mallorca) a buscar a Montse. Cenamos tranquilamente y estuvimos
debatiendo si zarpar al amanecer o hacer la travesía de noche. Sobre las 23:30
vemos que un barco está haciendo luces, al cabo de un rato otro igual, y se
empiezan a escuchar voces, y nos dimos cuenta de que una motora grande estaba
garreando y se acercaba peligrosamente a un velero. Al final todos los barcos
se pudieron a chillar y silbar hasta que el de la motora se despertó y se puso
a fondear de nuevo. Esa situación me dejo intranquilo por lo que decidimos no
esperar a la madrugada y zarpamos poco antes de las 00:00 rumbo de vuelta a
Mallorca!!
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