domingo, 31 de agosto de 2014

17/08/2014 Cala d'Or - Ibiza

Al día siguiente nos levantamos tranquilamente, sin prisas, no hacía falta madrugar, y preparamos el barco para nuestra siguiente travesía rumbo a Ibiza. Mónica se fue al super a comprar, y mientras nosotros lo recogimos todo y nos fuimos a repostar gasoil, ya que la cola a veces es de horas de espera si tienen que llenar los tanques los megayates.
Por suerte no había mucha cola, solo teníamos tres barcos delante, y el mas grande le echo 1700€ de combustible!!!
Tuvimos una pequeña discusión con un marinero antipático que no nos ayudó a atracar y nos dijo que no podíamos estar ahí cuando lo único que queríamos era repostar... en fin... como no llevamos un megayate nos trató como si fuéramos 'ocupas'.
Después de repostar llegó Mónica con la compra, y ese día se puso echa una fiera por una tontería, se cabreó porque no podía entrar por la gasolinera y por que no habíamos devuelto la tarjeta... en fin una tontería que por culpa de su temperamento casi pone fin a su viaje... pero al final se calmó y embarcó y pudimos zarpar.
Al salir pudimos ver que teníamos un buen viento de aleta que nos acompañaba, y según el parte podríamos hacer toda la travesía a vela, y así lo hicimos. Mónica se tumbó dentro malhumorada, y al poco rato tuvimos la agradable sorpresa de recibir la visita de un hermoso delfín. Eso puso fin al enfado de Mónica, parece que los delfines siempre nos visitan cuando mas los necesitamos, y nos transmiten la paz y buen rollo que siempre hace falta en una travesía como la nuestra.
Poco a poco fuimos haciendo millas, doblamos el cabo Salinas, y pasamos entre Cabrera y Mallorca. Lástima que este año nos perdimos la visita a Cabrera, cuando fui a hacer la reserva ya no habían boyas...
A media mañana tuvimos una avería en el piloto automático... me lié a desmontarlo, y resulta que se había soltado una pieza, una rueda dentada que va encajada a presión en el eje del pequeño motor eléctrico. Lo volví a montar, pero no me quedé muy tranquilo con la reparación, ya que entendí que igual que se había salido una vez, no veía porque no se iba a volver a salir...
En fin, que ese día lo pasamos de travesía, tranquilamente, escuchando música y holgazaneando haciendo nuestros turnos de guardia, hasta que llegó la deseada hora de la puesta de sol:




Como no teníamos mucha hambre picamos algo para cenar, estuvimos un rato mirando las estrellas, y cuando nos cansamos nos fuimos a descansar, respetando las guardias de cada uno, con el chaleco y el arnés de seguridad puesto. Al anochecer rizamos la mayor por precaución, y al cabo de un rato rizamos también el genova ya que el barco avanzaba casi a 6kn un poco escorado, y la tripulación que tenía que hacer las guardias no tenía mucha experiencia...
Mi guardia era de 00:00 a 02:00 A.M., a  las 00:00 arranqué el motor, y lo dejé a un régimen bajo de vueltas para que fuera cargando las baterías, aunque el barco seguía navegando a vela. Estaba tranquilamente de guardia cuando a las 00:30 el piloto automático vuelve a averiarse!!! Así que me tocó estar a la caña un buen rato. Por suerte pasadas las 01:00 ya tenía visible los faros de Ibiza, por lo que pude dejar de mirar el compás y fijarme en un punto del horizonte.
A las 02:00 desperté a Marc y me puse a reparar el piloto, lo que me costó bastante, debido a la hora, el cansancio y el movimiento del barco. Finalmente sobre las 03:00 el piloto ya volvía a funcionar. Fijamos el rumbo y pude descansar durante 4 horitas, lo que tardamos en llegar a Ibiza.
Como era temprano, puse rumbo a Portinatx, donde llegamos sobre las 09:00A.M., la tripulación estaba durmiendo, por lo que busqué un clarito de arena entre la posidonia, eché el ancla y me puse a dormir un rato yo también.

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