martes, 14 de mayo de 2013

01/05/2013 TGN - SANT CARLES:


Nos levantamos sobre las 09:00h, desayunamos y zarpamos  sobre las 10:00 de la mañana. El mar estaba completamente plano, y no había nada de viento. Sorteamos sin problema la multitud de barcos mercantes fondeados esperando entrar en el puerto de Tarragona.




Teníamos que cruzar el temido golfo de Sant Jordi, donde a menudo soplan fuertes vientos de Mestral. Aquel día viento 0 y mar plano, así que la travesía a motor con la mayor izada.
Al avanzar el día, empezó a soplar una ligera brisa. Poca cosa para ir solo a vela, pero con el motor y la ayuda de las velas el barco se puso a velocidad de 6kn, alcanzando por momentos casi 7kn. Por todos lados se veían gaviotas revoloteando y atunes enormes pegándose un festín. Nosotros relajados, tomando el sol en la bañera, acariciándonos, besándonos ... una cosa llevó a la otra y pudimos disfrutar de unos momentos de intimidad en alta mar.
Comer, lo  que se dice comer, ese día no comimos, sino que cuando teníamos hambre, picábamos algo.
Por la tarde la Mónica ya empezó a estar un poco cansado, por lo que se tumbó a ver una peli:


Al acercarnos a la boya de Tortosa, el viento empezó a soplar. Contactamos por radio con el Corsario, que iba rumbo directo a Benicarló. Nosotros decidimos ir a Sant Carles de la Rápita, y pasar un par de días por el Delta del Ebro. Sobre las 16:00h llegando a la boya de Tortosa, apagamos motor y seguimos a vela. El barco iba bastante escorado, y la Mónica tuvo una pequeña crisis. Empezó a agobiarse de tantas horas en el barco, así que le puse otra película en el portátil, y yo me quedé en la bañera para gobernar mejor el barco, y llegar antes a Sant Carles. La punta de la banya se hacía interminable, la sonda iba bajando, y me mantuve paralelo a la costa sobre una sonda de 9m. Poco a poco llegamos a la punta y viramos para entrar en la bahía de Sant Carles. Casi en la bocana mismo del puerto de Sant Carles, encendí motor y bajé las velas y entramos a puerto. Mónica estaba de muy mal humor, y no me ayudaba en nada, así que me dirigí al club náutico de Sant Carles a ver si nos daban amarre. Empecé a llamar por radio, pero nadie contestaba. En Sant Carles hay dos puertos deportivos. El club Náutico, en el centro del pueblo, y Sant Carles Marina un poco mas alejado. Entré primero en el club náutico, y pese a no contestar a mis llamadas por radio, un marinero se acercó a la gasolinera. Le pedí amarre para pasar la noche, y nos contestó de mala gana que podíamos amarrarnos en la misma gasolinera... no me pareció buena idea, así que nos fuimos a Sant Carlos Marina, donde nos atendieron muy amablemente y nos buscaron un buen amarre en un puerto con unas instalaciones de lujo.










Amarramos pasadas las 20:30, pasamos por capitanía y nos fuimos directos al pueblo a dar un paseo y cenar algo. Ese día se jugaba la fatídica vuelta de las semifinales de la champions, donde el Barça recibió una lección del Bayern de Munich (0-3) en el camp nou.
Después de cenar, volvimos al barco, Mónica seguía de mal humor y nos fuimos a dormir.
Al tumbarme a dormir no me lo podía creer, había algo raro en ese puerto... algo inusual, el barco estaba completamente quieto, no se movía para nada, no se escuchaba ningún ruido, era extraño... parecía que no estaba en el barco... era como estar en casa.

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