martes, 7 de mayo de 2013

El hombre propone y dios dispone


Después de meses preparando el barco, pasar ITB en zona 3, comprar balsa salvavidas, chalecos...etc. Había llegado el momento de dar el salto a baleares. Habíamos pedido una semana de vacaciones tanto yo como Mónica y nos íbamos a ir el sábado 27/04/2013, después de comer. La travesía prevista era Vilanova-Soller (sábado-domingo), Lunes ir a la cala Sa Calobra a pasar el día, el martes bajar a Andratx, el miércoles navegar por la bahía de Palma, y el jueves cruzar de regreso rumbo a Benicarló para asistir a la quedada de barcos furia del 2013.
Y llegó el fin de semana y una borrasca se instaló sobre el mar balear, dejándonos días de lluvia y tormenta que nos retuvieron en tierra. Habían venido los suegros a casa para cuidar a las niñas mientras nos íbamos los dos solos a Mallorca, y estábamos atrapados, en casa, con los suegros. El caso es que el domingo, la Mónica no podía esperar más y me dijo de ir a dormir al barco y el lunes intentaríamos cruzar. En principio la previsión era que la borrasca se desplazaría hacia el norte, y el lunes por la tarde ya se podría cruzar, eso sí, con bastante mar de fondo.
Amaneció el día gris, lluvioso, después de consultar de nuevo las previsiones, decidimos arriesgarnos y cruzar... ahora o nunca, ya que a Mónica no le apetecía cruzar el martes para llegar el miércoles y volver el jueves. Yo tenía mis dudas, pero lo preparamos todo, y al encender el portátil con el OpenCPN, me doy cuenta de que no funciona el GPS! Resulta que el nuevo adaptador USB-Serie me reconoce el GPS como si fuera un mouse. No había manera de que funcionase, pensé que era una señal, de que hoy no era el día de zarpar. Después de varios intentos, y reinicios del ordenador, encontré la manera de hacerlo funcionar. Primero encender el portátil con el adaptador USB-Serie enchufado, luego abrir el OpenCPN y finalmente enchufar el GPS al adaptador. Así que no hice caso a las señales del cielo, y zarpamos, bajo la lluvia, con mi traje de agua y mi arnés de seguridad:



Las dos primeras horas a motor , mar en calma y lluvia. A partir de la segunda hora el gregal ya empezó a soplar y pude apagar el motor, al cabo de otra hora ya soplaba fuerte, me aproé y tomé el primer rizo. Continuamos y el viento siguió subiendo a la vez que las olas crecían a cada minuto que pasaba. Llevábamos el mar y el viento del través por lo que el barco se movía como una coctelera... La lluvia también se animó, y empezó a caer una lluvia torrencial. El piloto automático dejó de funcionar, pese a ser estanco, no podía soportar tal cantidad de agua, y murió ahogado...
La cosa se empezó a poner mal de verdad. Mónica abrió el tambucho y salió muy mareada a vomitar por la borda. Se sentó a mi lado, bajo la lluvia, y empezó a temblar, agarrándome con fuerza cada vez que una enorme ola de 4 o 5 metros nos zarandeaba a punto de volcar el barco...
Así no podíamos seguir, y decidí dar media vuelta. Llevábamos 4 horas de travesía, y estábamos a unas 20 millas de la costa. Mónica se estaba muriendo de frío y miedo y le dije que se metiese dentro. Las enormes olas golpeaban el barco tumbándolo por completo, en el interior todo estaba por el suelo, y Mónica se cayó dos o tres veces, llenándose el cuerpo de moratones, hasta caer en un estado de semi-inconsciencia cerró los ojos y se desconectó.
Yo me quedé fuera, intentado llevar un rumbo que nos devolviera de nuevo a la costa. Había hecho un rumbo 150 aprox, por lo que para volver tenía que hacer un rumbo 330. El viento y las olas me impedían seguir siempre ese rumbo. A ratos soplaba tan fuerte, que me tenía que poner de popa a correr el temporal. Habrían unos 30 nudos de viento, la visibilidad era casi nula debida a la lluvia torrencial. De repente empezó a soplar aún mas fuerte calculo que 40 o 50 nudos, no podía llevar el viento por la aleta, el barco se desbocaba, y como pude me di media vuelta y me aproé, con el motor en marcha para mantenerme proa al viento durante unos minutos, hasta que el viento volvió a bajar (a los 25-30 nudos) y continuar corriendo el temporal intentando llevar rumbo 330.
De repente un a familia de delfines me rodeó, y se quedaron a mi lado durante un buen rato. No sé si vinieron a protegerme o simplemente al pasar por ahí se quedaron sorprendidos, pensando qué coño hacía yo en medio de ese temporal, en vez de estar tranquilamente amarrado en el puerto, ellos no tenían más remedio que estar ahí, pero yo... que hacía ahí... debía de estar loco...
Los minutos fueron pasando, y las horas también... luchaba por mantener el rumbo 330, no sabía cuánto rato llevaba, quizás dos horas, quizás tres? No llevo reloj... no veía nada, solo lluvia y olas que me rodeaban por todos lados. Estaba claro que me debía de estar acercando a tierra, pero la sonda no marcaba... ya no sabía si se había roto, o es que había más de 200m que es lo máximo que marca... Si se había roto y no marcaba podía ser que estuviera cerca de la costa, y que la lluvia me impidiera verla... qué hago? Dentro tenía el ordenador con el GPS, el móvil con otro GPS, pero no podía soltar el timón para mirarlo, no tenía piloto automático. Llamaba a Mónica para que lo mirase pero estaba fuera de combate. Por unos momentos me empecé a preocupar, pero de repente la sonda empezó a marcar... 180.. 170.. 160... Bien! Me estaba acercando a tierra!!! A medida que la sonda bajaba, el viento, las olas y la lluvia también fueron bajando. Pero tierra todavía no se veía, aunque estaba ahí al lado. Al final me pareció ver unas casas blancas. En principio pensé que era Sitges, pero de repente por encima de una nube apareció la chimenea de la Térmica, había ido a parar entre Cubelles y Cunit! No está nada mal. Viré y puse rumbo a Vilanova. El viento desapareció pero quedó un incomodo mar de fondo. La lluvia torrencial se convirtió en un calabobos. Tardé una hora mas en llegar al puerto de Vilanova... por fin estábamos a salvo.
Bajé la vela, me dirigí a mi amarre, y amarré sin problema, y sin ayuda, Mónica se estaba despertando de su pesadilla. Dejamos el barco tal cual, y nos fuimos para casa a tomar un baño de agua caliente... Mañana será otro día!

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