martes, 14 de mayo de 2013

31/04/2013 VILANOVA-TGN


Después de nuestro intento fallido de cruzar a Baleares, nos levantamos al día siguiente, y volvimos al barco a recogerlo todo y decidir qué hacemos con el resto de las vacaciones.
Una vez en el barco intenté reparar el piloto automático, mientras Mónica recogía el interior. El piloto estaba definitivamente muerto, intenté conectar el otro que tenía de recambio, y tampoco me funcionó. Pues nada, no hay piloto.
Una vez todo recogido debatimos que íbamos a hacer. Yo insistía en cruzar a Baleares, pero después de la experiencia del día anterior Mónica no tenía ganas. Como teníamos que estar el viernes en Benicarló, para asistir a la II Flotilla Furia, decidimos ir tirando hacia el sur. Así que sobre las 14:00h del martes, soltamos amarras, para iniciar una nueva travesía. Salimos y navegamos un par de horas a vela. Hacía un día radiante, el sol brillaba, nada que ver con el tiempo de los días anteriores. Poco a poco el cielo se fue poniendo gris, y se volvió a nublar.
Mónica se tomó una biodramina y chiclida para el mareo, así que tuvo una travesía mas placentera. Al no disponer de piloto automático tenía que estar todo el rato pendiente de que el barco no perdiera el rumbo. Amarré el timón con un cabo, y el barco mantenía bastante bien el rumbo. Así que pude preparar la comida: un delicioso sobre de risoto.




Comimos navegando, y después de comer el viento volvió a soplar, por lo que proseguimos el viaje a vela. El piloto improvisado aguantaba bastante bien el rumbo a vela, y podía ir un poco mas relajado. La Mónica se tumbó dentro y le puse una película en el portátil. Poco a poco, nos fuimos acercando a Tarragona, ese sería nuestro destino para nuestro primer día de travesía.




Llegamos a Tarragona poco antes de las 20:00h, amarramos, pasamos por capitanía, y sobre las 20:30 fuimos a dar un paseo por Tarragona y cenar algo. En capitanía nos informaron de que ese fin de semana se celebraba la Primavera de Tapas en TGN, y había una ruta de bares y restaurantes donde por 2,50 podías degustar una tapa y una caña de cerveza. Nos tomamos un par por el casco antiguo de Tarragona, y luego bajamos hasta el Serrallo, el barrio marítimo, donde tomamos otro par de tapas, uno de paella y otro de chipirones con alubias, mmmmmmmm delicioso.
Sobre las 23:00h nos volvimos al barco, donde dormimos plácidamente.

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